
Desesperados de hace tanto tiempo de aguantar una situación, de sobrellevarla a duras penas y como buenamente podemos.
Es probable que aquello que nos desespera no tenga posibilidad de cambio: una enfermedad, un accidente, un engaño, una traición, una decepción, todas aquellas heridas del alma por las que sufrimos y ante las cuales muchas veces nos cansamos, nos hastiamos de lo mismo y de tanto.
Cuando los amigos y la familia no están, o no bastan para hacer más llevadero este tránsito hace falta el dejarse acompañar por un profesional que nos ayude a sobrellevar mejor la carga, a matizarla con otros aspectos agradables de la vida, a buscar aquello que nos puede nutrir, luego de estar expuestos a situaciones tan desvitalizantes.
Lo importante es que no estamos solos, hay muchos profesionales de la salud mental, psiquiatras y psicólogos que nos pueden ayudar, orientar y hacernos más llevadero las partes más ásperas de este camino de vivir.
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