lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Realmente sirve la psicoterapia?

La psicoterapia es una herramienta de mejoría y una puerta abierta al cambio para las personas en particular y para su entorno, de modo indirecto.
Es un trabajo en equipo, una tarea conjunta que prospera en la medida en que existe un compromiso de ambas partes para avanzar en el camino de mejorar la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás.
Para algunos el trabajo puede ser atravesar un momento difícil y recuperarse, para otros puede ser rearmarse luego de una experiencia no deseada o inesperada, para otros afrontar miedos nuevos o antiguos que impiden avanzar, para otros quitar ciertos velos que le impiden ver la realidad tal cual es, para otros desarmar viejas corazas que ya no sirven para defenderse, para otros armar el puzzle de distintos hechos de su historia que le llevan a ser quien es y estar donde está....en fin, los senderos son múltiples y las búsquedas también: crecer, aprender a expresar los sentimientos, aprender a pensar con claridad, no hacer siempre más de lo mismo, disfrutar más de la compañía de los demás, resolver los conflictos en los cuales habitualmente nos enredamos, asimilar experiencias difíciles que nos ha tocado vivir, fortalecernos, ser más humildes ante lo que la vida nos ofrece y aceptar los desafíos en los que nos coloca....y podríamos seguir con cada uno de los propósitos que nos acompañan en cada etapa de la vida, en cada situación.

Es tanto lo que se puede trabajar en un proceso psicoterapéutico y existen tan pocas fórmulas para expresarlo, que la gente que nunca ha consultado se muestra a menudo escéptica de sus resultados.
Es una herramienta efectiva cada vez que una persona se compromete a trabajar consigo misma, con lo que le pasa, a preguntarse, a mirar su propia vida desde otras perspectivas, a tomar responsabilidad por sus acciones y reconocer sus consecuencias.
Una psicoterapia siempre debe producir una mejoría en algún sentido, en los primeros meses tiene que abrirse alguna luz hacia algún sitio, aunque el tránsito continúe, es diferente marchar acompañado.